Primera impresión:
El parking era riconudo, empezamos con buen pie. En la mismísima puerta señores. Aparentemente el sitio parecía un pelín chiquitín, pero más tarde descubrimos que gozaba de una planta subterránea. Camareras limpitas y bien acondicionado.
7/10
-Carta
Demasiados platos cuando todo el mundo va a comer hamburguesa, pero teniendo en cuenta a los raritos que van a estos sitios y no quieren el plato estrella es un detalle. Nombres muy neoyorkinos como merece el sitio, con una nutrida variedad de hamburguesas con ingredientes selectos a los que no estamos acostumbrados a saborear con esta carne pero que se acoplaban a la perfección.
8/10
-Cantidad
Este punto se merece una de mis mejores valoraciones, ya que cada hamburguesa (plato estrella por eso de NY BURGER) estaba disponible en tres tamaños perfectos para el apetito del cliente. 350g para los tragaldabas, 250g para un cliente estándar y 160g para los que se han hinchado en la merienda y llegan con poco apetito (ALEX CHAMPION).
9.5/10
-Calidad
Rememorando lo dicho anteriormente, cada hamburguesa gozaba de unos ingredientes poco habituales en esta cocina pero muy bien elegidos para cada plato. Mención aparte merece la carne, ya que ésta era de una calidad poco habitual fuera de casa y cocinada al gusto del cliente.
9/10
-Personal
Correctos en el trato pero sin destacar en nada, algo que merece una valoración positiva. Gracias al chef por cuidar nuestros platos con mimo.
6.5/10
-Otras consideraciones
Baños limpios.
Zona de lavabo unisesc fábregas, básico, con un secamanos que madrecitamía.
Chochómetro: mejorable.
Conversación: una puta mierda hasta que Alejandro entro a matar con las locuras que haríamos si España gana el Mundial.
Relación calidad-precio: 8/10
NOTA FINAL (no se trata de una media ponderada de los distintos parámetros):
8.5/10
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